De los creadores de "salta, que la red aparece...", llega: tirate a la pileta, que siempre habrá una colchoneta lista para atajarte y darte sostén. Hablo del famoso piletazo que a veces hay que dar; esas veces en que reconocemos que lo que nos separa de nuestros objetivos es el miedo o el pudor; cuando lo único que te paraliza es tu cabeza, tu propia voz, por pavor al qué dirán. Y es entonces que nacen dos opciones: esperás que llegue el momento idóneo para perseguir tus objetivos, o avanzás. Yo creo que a la suerte hay que ayudarla. Entonces, me desafío a optar por la opción B. Y es así que nace la adrenalina, ese cuiqui tan lindo que significa: estamos vivos. No hay mejor síntoma de que lo que estamos por embarcar vale la pena, que los nervios... ¿no? Pensar, racionalizar: todo eso está muy bien. Pero llega un punto en que lo mejor es soltar el control. A esos fines, vayan ciertos tips: -¿qué es lo peor que puede pasar si te la jugás? Si la respuesta es el fracaso, perdele el julepe: no hay mejor maestro que el error. -protegete de las voces ajenas. Allá afuera hay grandes consejeros, sí, pero mucho envidioso también. El que te aconseja, "mmm, mejor no lo hagas", quizás no tenga tu felicidad como bien último. Triste, pero real. Y lo más triste es que esas voces no son de extraños, sino de gente de nuestros círculos cercanos. OJO. No pidas tanta opinión. -una vez me dijeron: "la persona que hace lo que a vos te da vergüenza ajena es la que se queda con el trabajo de tus sueños". La aplico para conseguir objetivos profesionales y personales. Porque hoy no hablo -solamente- de lo laboral. Por ahí tu desafío pase más bien por anotarte en esa clase de canto a la que le tenés ganas desde hace meses, o por presentarte a ese flaco que siempre te cruzás en el tren... 😜 -sé autocrític@. Lanzarnos a un proyecto para el que no estamos capacitados claramente no es lo mejor. Pero, ¿conocés el complejo de Jonás? Quizás sos su víctima. Habla del miedo de salir de la zona de confort; ese miedo al éxito, a dar lo mejor de sí. Puede sonar como una pavada, porque ¿quién podría temer la autorrealización? Resulta que somos varios... Pero hoy, visualicemos todos: 🏄🏼🏊🏻
