Si Roald Dahl despertó mi amor por la literatura inglesa, fue Emily Bronte quien terminó de consolidarlo con Wuthering Heights. Qué poco me la estoy jugando con esta recomendación; seguramente ya hayas leído esta novela, te gusten las letras o no. Clásico si los hay, Wuthering Heights es una de las obras maestras del siglo XIX que despiertan fanatismo hasta la actualidad. ¿La leíste? ¿Te gustó?
Quizás en su temática Bronte no innove demasiado, sino que siga el código de su época: esto se ve, por ejemplo, en el amor pasional -desatado, cuasi demoníaco- de los protagonistas o en lo gótico de las descripciones del paisaje inglés. Pero desde lo narrativo nos topamos con una novelista madura que nos regala una obra plagada de simbolismos y avanzada para su tiempo desde aspectos varios, como la profundidad psicológica de sus personajes o la multiplicidad de voces narrativas.
Es probable que la primera vez que leas Wuthering Heights tengas que concentrarte para seguir el hilo de tanta historia entrecruzada y triángulo amoroso; además, muchos de los personajes comparten nombre y/o apellido. Pero vale la pena hacer el esfuerzo para dejarse penetrar por una de las historias de amor más desgarradoras de la literatura universal.