“Hay una línea muy delgada que es la más ancha de todas: la que divide la intención respecto del acto". Con esta frase llena de sabiduría encabeza mi admirada Virginia Gawel una reflexión acerca de ese mal contemporáneo llamado pereza. Bah, solo contemporáneo no es, tampoco es cuestión de achacar todo a las generaciones de hoy; resulta que no solo los cristianos lo consideran un pecado capital sino que Buda también habló de la pereza y distinguió dos tipos: aquella que se manifiesta en el no hacer nada, y esa otra que adopta la forma de hacer mucho con tal de no hacer lo importante. A mí me hizo muy bien leer la nota de Gawel sobre este tema porque en ese entonces estaba en plena pulseada con mi tesis de licenciatura en Letras. En la teoría yo tenía todo organizado como para avanzar (me había pedido un día por semana en el laburo para dedicarlo a la escritura, ya me había llegado el pedido de Amazon con toda la lectura obligatoria y me juntaba periódicamente con mi tutora para mostrarle los avances); sin embargo, en la práctica no lograba avanzar. Yo, que siempre había sido aplicada y responsable, estaba estancada, quizás por miedo a que el resultado no fuera perfecto. Después de leer a Gawel me di cuenta de que las clases de teatro, el curso de francés, los almuerzos semanales -o más frecuentes aún- con amigas y los 378274 turnos en cada especialidad de la medicina eran todas excusas para no sentarme a escribir. Como el quedarme postrada mirando el techo no me es afín, no me iba a permitir entregarme a ese tipo de pereza. En cambio, esta otra forma de hacer de todo "con tal de no hacer lo importante", era el disfraz perfecto para mi falta de voluntad. Porque para terminar una carrera, como tantas otras empresas de la vida, no solo hace falta inteligencia, sino voluntad. Tomate un segundo para pensar qué tipo de pereza te invade a vos. Quizás la respuesta sea que ninguna de ellas. Si es así, enhorabuena. Pero 8 de cada 10 seres humanos (ponele) responderían que caben en alguna de las dos categorías. Si querés compartir tu experiencia, contame. ¿Qué es eso que te propusiste lograr y no podés avanzar? Si no querés contarme, todo bien. Foto @pinterest
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