¿Levante la mano quién estaba al tanto de las similitudes entre Hamlet y El rey león?
Sí, así como leés, resulta que la mítica historia de Disney está basada en el clásico shakespeareno. Pero no deberías sorprenderte; las obras de Shakespeare son tan ricas en contenido, sus personajes, tan complejos y los temas que aborda, tan universales, que se pueden adaptar hasta el hartazgo y en cualquier medio artístico que se precie de tal.
Amor, odio, celos, venganza: materia prima con la que cualquier artista se haría un picnic...
En El rey león, el personaje del joven príncipe, Hamlet, lo ocupa un cachorro llamado Simba, y ambos ejercen acciones semejantes. Pertenecen a la familia real y retrasan el acto de venganza hacia sus respectivos tíos, traicioneros y asesinos de sus hermanos (es decir, de los padres de los protagonistas), en pos de usurpar el trono.
Tanto Hamlet como Simba quedan desamparados luego de la pérdida de sus progenitores. Ambos huyen de su responsabilidad aunque en su interior saben bien cómo deberían proceder.
Los fantasmas de sus padres visitan a sus hijos... y, a través de monólogos, sugieren (sin dar la directiva directa) que salden la traición.
¿Seguimos? Rafiki es el fantasma de Horacio, Sarabi es Gertrudis y Nala es Ofelia. Pumba y Timón son los amigos y ayudantes que ya aparecían en Hamlet: Rosencrantz y Guildenstern. En ambos casos, los dos pares de personajes son clave para descomprimir tanta tensión.
Por fin, Simba vuelve a tierra real en busca de venganza y... no te spoileo el final.
Está claro que también hay muchas diferencias entre la tragedia shakespearena y la obra de Disney; pero lo interesante es comprobar que Shakespeare no es tan complicado como nos quieren hacer creer.
Además, es increíble observar cómo la audiencia actual sigue emocionándose por temas que fueron tratados por la literatura hace más de 400 años...
La ironía es que muchos fanáticos de El rey león no conocen la historia de Hamlet. Ojalá que este post les despierte la curiosidad...