top of page

Instagram es el nuevo boliche


Escuché por allí la frase que encabeza este post, aludiendo a que Instagram requiere comportamientos, etiquetas, códigos, que antes quizás se desplegaban solamente en encuentros en el boliche.

Al respecto, una amiga me presentó una situación desafiante que me gustaría debatir con ustedes. Ella está empezando una relación a distancia con una persona de otro país a quien vio pocas -pero intensas- veces en vivo. En muchos sentidos, sabemos que las relaciones de este estilo son un ejercicio para la paciencia; en especial, son desafiantes en cuanto a ese maldito demonio llamado "los celos".

Al saber poco de la vida del otro, Instagram puede servirnos como fuente de información sobre la otra parte... Sobre sus gustos, amigos, pasatiempos; pero también resulta un arma de doble filo, porque las redes te invitan a stalkear.

Todo empezó cuando mi amiga vio que el chico en cuestión había empezado a seguir a una exnovia en Instagram; "Mmm, habrán quedado en buenos términos", pensó, pero cuando empezó a ver los likes ir y venir de una cuenta a la otra, su voz interna le dijo: ojo. Es muy difícil competir con una ex.

El tema es que el flaco parece estar muy interesado en mi amiga y, a priori, ella no tendría de qué preocuparse, salvo ciertos comportamientos online de él que le disparan una señal de alarma.

"Si el pibe fuera de acá sería más fácil, pero al tener poca idea de su vida, su comportamiento en redes me da una pauta importante... El otro día vi que agregó a dos minas más, y me hizo ruido", explica ella. "Al menos si a mí me ven agregando y likeando a pibes, es porque seguramente tenga un interés".

"Sí, salvo que se trate del marido de una amiga o de tu primo", le contraargumento, y me da la razón. Y es que, eso es lo peligroso de stalkear. Muchas veces nos hacemos la película de que la rubia teñida que lo agregó en Facebook le tiene ganas, cuando en verdad puede tratarse de una prima o X vínculo, inocente.

Otras veces, en cambio, nuestra intuición está en lo correcto, y es cierto que si algo nos hace ruido del comportamiento de la otra parte, por algo es.

Justamente, después de muchas experiencias frustradas uno suele tener miedos. Ya no queremos perder el tiempo, equivocarnos con gente que no vale la pena. Pero en ese afán, cruzamos esa delgada línea (que en verdad es tan ancha...) entre el miedo y la intuición y podemos boicotear, por inseguridad, una relación que de otro modo hubiera sido próspera.

Celos, miedos, desesperación: demonios que se huelen a kilómetros y que son lo MENOS sexy que hay. Podés pensar que los sabés disimular, pero a la larga vas a deschavar tu stalkeo y te va a jugar en contra. Por ejemplo, tu chico te va a nombrar a una compañera de la universidad y tu reacción va a ser: "Ahhh, sí, ¿la que se acaba de hacer un tatuaje y se mudó a Boston?". Miedo. Stalker Alert.

En el caso de mi amiga, le pasó también que el muchacho subió una foto con ella a las historias de Instagram, que estaba habilitada solamente para sus "mejores amigos". "Mmm, este turbio la está escondiendo de alguna"; pensó ella. En cambio, yo hubiera pensado: "¡Qué amor! Me agregó a su lista de mejores amigos" (quizás es bastante ingenuo lo mío, ja, lo cual demuestra dos verdades: 1) estoy un poco lejos de estos nuevos modos de tener relaciones a través de Instagram, me tengo que actualizar 2) cada cual juzga la realidad desde sus propios filtros).

Mi hermana menor, en cambio, tanto más canchera en estas dinámicas millennials, opina que la clave está en poder establecer reglas. No todo el mundo pone "like" con un doble sentido pero si a vos te molesta que tu chico lo haga, tienen que hablarlo, para estar seguros de que ambos comparten el mismo código.

En conclusión: ¿mi consejo a mi amiga? Antes que nada, sincerate con vos misma. ¿Hay señales concretas y tangibles de alarma, o estás stalkeando por aburrimiento u obsesión? ¿Es un patrón tuyo, esto de los celos? ¿Venís vapuleada por relaciones pasadas, lo que te predispone mal?

Segundo: si confirmás que hay motivos para la sospecha, deberías poder charlarlo cómodamente. Si no podés plantear lo que te hace ruido, no es una buena señal. Hay una diferencia entre reclamos pesados y paranoicos, y cuestionamientos lógicos ante situaciones dudosas. Él debería tener la suficiente empatía y madurez como para ver la diferencia y entender que -algo- de celos a la distancia son entendibles, y seguramente él los sentirá en algún momento también.

Y tercero: el tiempo dirá... Entiendo que a personalidades controladoras pueda costarles confiar en el fluir y el devenir de las cosas, pero no todo se puede manejar. Y no hay garantías en temas del corazón. Así que, disfrutá de la nueva historia. Si el flaco es un turbio, a la larga las cosas caerán por su propio peso. Pero es una pena boicotear una relación incipiente por un stalkeo en Instagram que fogonee tu paranoia.

Si quiero meterle fichas a la relación, prefiero pecar de ingenua que de stalker. Hacer las cosas bien. Construir la confianza, que será clave cuando la cosa pase a mayores. Si no la tenés desde el principio, estás al horno.

¿Tenés miedo de "quedar como una boluda" por haber confiado en él, si después resulta un garca? Bueno, boludo es el garca y no quien confía, creo yo.

¿Tenés miedo de perder el tiempo con alguien que no vale la pena? Naaah. De todo se aprende. Si a la larga esa voz que te decía "algo no cierra" está en lo cierto, entonces le metés una patada en el traste, el chico dará el primer pique en El Cairo y no lo verás nunca más. Llorarás unos días, tendrás excusa para comer helado o tomarte un vinito con una amiga... y después, saldrás al arduo campo de las relaciones fortalecida, más sabia... y rezando para que tu próxima pareja no tenga Instagram.


bottom of page