Una de mis asignaturas pendientes es estudiar Historia del Arte. En parte, el amor a la disciplina se lo debo a mis profesora Viviana Diez, que en sus clases nos inyectaba toda esa pasión que ella sentía por el arte y sus creadores.
Todavía no es tiempo para mí de estudiar esa carrera así que mientras, cuando puedo me deleito con biografías noveladas. La agonía y el éxtasis de Miguel Ángel es suprema (y ya se las recomendé) así que ahora decidí seguir con Lust for Life, que versa sobre la vida de Van Gogh.
Vida turbulentas si las hay... debo admitir que las primeras 300 páginas se me hicieron densas, justamente por la densitud de esos años de su vida. Pero seguí leyendo porque algo me decía que después me lo iba a agradecer. Y así fue. Desde el capítulo en que Van Gogh llega a París y empieza a codearse con todos los impresionistas de la época, disfruté muchísimo de la obra. De los retratos de los artistas, de sus intercambios y reflexiones sobre la vida y la pintura.
Ya para esa altura estaba muy encariñada con la figura de Van Gogh, verdadero mártir de su amor al arte. Sufrí con él, me emocioné con él, y al final lloré sin parar. No quiero dar spoilers pero solo destaco que la relación que tuvo con su hermano, Theo, me pareció uno de los ejemplos más bellos de amor fraternal sobre los que leí.
Si estás buscando una buena biografía novelada, te la recomiendo.
Ahora, cuando vuelva a ver un cuadro de Van Gogh entenderé un poco más al genio detrás de la creación.
Y por último, les aclaro que el libro está traducido (El loco del pelo rojo) pero conseguí mi ejemplar en inglés a través de Book Depository, me llegó perfecto en una muy buena edición y a buen precio.