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La bailarina de Auschwitz

Quienes leen La bailarina de Auschwitz tienen en sus manos un regalo que su autora, Edith Eger, dejó a la humanidad: toda la sabiduría y el amor con el que vivió su vida, incluso después de haber sobrevivido a Auschwitz, y a tanto desafíos que atravesó después.

No en vano, la autora es discípula de Victor Frankl, y su testimonio rebosa de inspiración para la sanación.

Pero pienso que esta es de esas obras que son empobrecidas por cualquier reseña que pretende hacerles justicia. Voy a dejar, entonces, que algunas de sus frases hablen por sí solas: -Todo el extasis de tu vida vendrá de tu interior. -Nuestro futuro es parte de una ecuación que es parte intención y parte circunstancia. -Es peligroso jugar a qué hubiera sucedido si hubieras hecho algo en el pasado. -(...) ¿Qué me pasaba a mí, que seguía anhelando tanto lo que no era?

-El problema no es que me riña. El problema es que me creo su afirmación de que no valgo para nada. -No podemos decidir hacer desaparecer la oscuridad, pero podemos decidir encender la luz. -En realidad no importaba lo que esperábamos de la vida, sino lo que la vida esperaba de nosotros. -El perfeccionismo es la creencia de que algo está roto: tú. De modo que disfrazas tu rotura con títulos, logros, premios, pedazos de papel, ninguno de los cuales puede arreglar lo que crees que estás arreglando. -(...) nuestras experiencias dolorosas no son un hándicap, son un regalo. Nos proporcionan perspectiva y sentido, una oportunidad de encontrar nuestro objetivo y nuestra fuerza. -Hacer lo correcto casi nunca es hacer lo que es más seguro. ...y tantas más, que me interpelaron, me emocionaron, me hicieron cuestionarme dónde estoy poniendo mis prioridades en la vida y cuán abierta estoy al dolor de quienes tengo más cerca.

Espero que a vos también te mueva la experiencia lectora de este libro que, según Desmond Tutu, es de esos que "te cambian la vida para siempre". No sé si un libro te cambia la vida. La vida nos la cambiamos nosotros mismos, y esa es una de las lecciones que Edith Eger nos quiere dejar.

Fotón de @clarifirmat para mis queridos lunes de @viajarenpalabras


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