¿Levante la mano quién más era fan de The Baby Sitters Club...? Hace poco salió la serie en Netflix y me trajo mucha nostalgia por esta serie de Ann Martin que tanto amé durante mi infancia. Siempre les cuento que tengo un padre que, además de generoso, se arrepintió toda la vida de no haber hablado inglés. Por eso, para incentivar a sus hijos, jamás escatimó en regalarnos todos los libros que quisiéramos devorar, y fue así que entre mis hermanas tuvimos las colecciones completas de The Baby Sitters Club (TBSC), Sweet Valley (Kids, Twins y High) y las mellizas Olsen. Una tarde, la directora de inglés de primaria me vio leyendo un ejemplar de TBSC en el recreo y me dijo que era una pena que no estuviera leyendo algo "con mayor vuelo literario". No dudo de su buena intención, pero el comentario me resulta poco feliz. Soy de las que creen que cuando un chico empieza a interesarse por la literatura, está bueno dejar que cultive esa pasión, sin imponerle lecturas "más elevadas" que, seguramente, llegarán solas, tiempo después. O no. Banco que los chicos -y todos los humanos, para el caso- lean aquello que quieran leer. Nadie es guardián del buen gusto literario y no somos quién para juzgar. Con los años, me acuerdo de algunos ejemplares que tanto disfruté, los releo y pienso: "¡Cómo pude!". Pero todas mis lecturas formaron mi camino literario, para bien y para mal. Y no reniego de ninguna. PD Hoy agradezco a mis sobrinos que hayan montado un club de Baby Sitters improvisado para darme una mano con Facu. Me están regalando horas valiosas para poder sentarme a escribir. Y a leer, lo que yo quiera, le parezca bien a esa directora o no.