Si de educar con el ejemplo se trata, espero que crezcan sabiendo que su madre fue feliz. Feliz con la familia que formó con su padre pero feliz también con su vocación. Esta le dio un mundo interno. Le abrió la cabeza. La desafió. Y fue una de las mejores compañías, porque la maternidad es maravillosa, pero también puede ser desafiante y solitaria.
Y en este mirar hacia arriba y agradecer el ejemplo, agradezcan también a sus abuelos, que le dieron a su madre toda la estructura para animarse a enamorarse de los libros.
En un mundo que corre y atropella y quiere ir a mil, saber que uno puede dedicarse a páginas -para algunos, vetustas- es un acto revolucionario. Y ese coraje me lo dieron sus abuelos.
Dice Matías Muñoz que si los padres se encargan de sí mismos, los hijos pueden mirar hacia el futuro. Espero que eso les cale hondo y que no sientan mi falta, las veces que desvío mi mirada de ustedes hacia las páginas -propias o ajenas-. El equilibrio es mi desafío, sepan que lo intento.
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