El inicio de la charla puede ser de los momentos más desafiantes de cualquier conversación, y más cuando hay un norte claro, llamado "levante". Allá, lejos, cuando los encuentros eran en vivo, cómo se encaraba la charla en el boliche podía indicar bastante acerca del sujeto en cuestión: ¿fue ocurrente? ¿Me hizo reír? ¿Logró llamar la atención o echó mano de una introducción barata y trillada?
En un mundo sometido por la ubicuidad de las redes sociales primero y por el covid, después, aquellas mismas reflexiones se traspolan hoy a las charlas por chat. Dicho de otra forma: cómo arrancamos la charla puede asegurar que prosperemos en la misma. O no.
Vayan, entonces, algunas ideas para abrir el canal de comunicación virtual, que son mucho mejores que un simple "q haces":
-hacer preguntas siempre da lugar a un ida y vuelta, especialmente si aluden a intereses de la otra persona (los cuales no serán difíciles de descifrar, con un simple vistazo a su feed). Por ejemplo, cuando yo salía con el Negro, me enteré de que él era fan de comer afuera. Le pedí, entonces, recomendaciones de restaurantes y de esta forma: conocí más de sus gustos; le cedí el micrófono y le dejé demostrar lo que sabe del rubro; pero, además, cuando salimos por primera vez me llevó a uno de los lugares que me había recomendado en esa primera charla, meses antes. De esta forma apliqué el famoso consejo de LaMadreDeRosie: "Al hombre hay que hacerle creer que fue su idea". Se lo había dejado en el inconsciente...
-las preguntas no solo pueden ser relativas a intereses y gustos sino, del tipo: "¿Cuál fue la peor que recibiste?". Las muestras de humor de este estilo siempre garpan.
-"Si te invitan a comer a una casa, ¿qué no puede faltar en la mesa?" de esta forma aprendés sobre sus gustos y le das el pie paraq ue te retruque con un: "¿Cuándo me invitás?".
-podés mandarle una frase trunca, con puntos suspensivos, para que complete y ver hacia dónde lleva la charla. Por ejemplo: "Juro solemnemente...". Las posibilidades de sus respuestas son infinitas.
-"¿qué sticker te describe mejor y por qué?": no sé vos, pero por acá soy sticker fan. Tengo miles. Hasta podría prescindir del lenguaje castellano y mantener toda una conversación por medio de stickers. Saber usarlos -usarlos bien- es un arte.
-"¿Cuál es tu recuerdo de la infancia más vergonzoso? Te cuento el mío": esta frase solo es apto caraduras. Si lo sos, echás mano de una anécdota graciosa (no hace falta que sea 100 por ciento verdad: como diría Oscar Wilde, ¿para qué arruinar una buena historia con la verdad?), generás empatía y rompés el hielo.
Dicho esto, vaya una aclaración importante: no fuerces ser alguien que no sos solo para parecer piola o ingeniosa. Te va a costar mantenerlo en vivo. Si no te sentís cómoda con cualquiera de estas ideas, no las uses incómodamente.
Pero a veces nos pasa que sí tenemos el humor adentro nuestro, solo que está un poco adormecido, y viene bien ponernos el desafío de incentivarlo. Con el Negro, yo me lo tomaba como un desafío a mi creatividad y ocurrencia, una forma de ejercitar ese hemisferio de mi cerebro. Si la cosa no llegaba a funcionar con él, al menos me iba a dar cancha para quien viniera luego...
-"¿Cuántos tipos de pasta diferente podés nombrar?" o algún "challenge" semejante para arrancar la charla con humor. El tema da para seguir con la pregunta sobre qué le gusta cocinar et voila, ya tenés ideas para una primera salida.
Está buenisimo que intentes ponerle chispa y carisma a la charla, pero a la larga el trabajo tendrá que ser de ambos, no solo de tu parte. Así que, si del otro lado te responden con un mero "jaja", catorce horas más tarde, esto podrá ser indicador de dos cosas:
1 no tiene ganas de seguir charlando con vos
2 no tiene sentido del humor
Ambas opciones indican que es momento de dejar de invertir energía en el sujeto y avanzar. Pero sabé que hay una zona gris a la que realmente podés persuadir con chispa y carisma. ¿Nunca te pasó, que alguien que a priori no te interesaba tanto, te llamó la atención por su charla, o porque te hacía reír? Yo hasta terminé generando un noviazgo con alguien gracias a su Text Appeal.
Y hay otra tercera zona, que es la de la timidez, a la que un empujoncito no le viene nada mal. Quizás no es que no le gustás, sino que la persona es tímida, y entonces con estas ¿in?directas, le estás haciendo un favor.
Si después de hacer gala de tus dotes de conversación, no ves resultados, al menos te ahorraste la duda de si había onda o no. También puede pasar que la persona no pueda retrucarte con tu mismo ingenio. Preguntate, en este punto, si realmente te gusta alguien que limita su charla a gerundios y jajajas.
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